La lectura me resulta interesante pero un poco compleja.
El autor trata de presentar la historia o el desarrollo del
nuevo lenguaje de los nuevos medios, específicamente del ordenador.
Afirma que el lenguaje del ordenador no carece de
antecedentes en la historia de la cultura humana. Ofrece una visión histórica y
compara las características del cine y las características de la pantalla del
ordenador, pero también toma ejemplos más antiguos de la era del Renacimiento.
Como explica, las pinturas renacentistas encuadran sólo una parte de la
realidad total y ésta es la idea que está detrás del uso de la pantalla hoy en
día también.
Su libro contiene un análisis muy detallado de la película
de Dziga Vertov: El hombre de la cámara.
Al igual que el libro de Italo Calvino: Si una noche de invierno un viajero… el
cual invita a la autoreflexión sobre la lectura en sí misma, El hombre de la cámara es una película
de autoreflexión sobre el cine.
Me parece interesante que Manovich emepiece su libro
hablando sobre la película de Dziga Vertov, y acabe también con una referencia
a la misma, casi encuadrándolo.
Aunque, al final,
llega a la conclusión de que el nuevo lenguaje de los medios nos va a permitir
ver más de lo que El hombre de la cámara
podía ver (porque el cine en lugar de acción real preferiré la animación, es
así como nace el cine pincel).
Me gusta mucho leer sobre la estética de este nuevo lenguaje,
ciertamente es un tema que me interesa, a pesar de que su análisis es muy
complejo y a veces un poco difícil de leer.
Pero las teorías que me llaman más la atención son las que
están relacionadas con el ordenador como medio y con los cambios de la
sociedad.
„El principio de
variabilidad ilustra cómo, a lo largo de la historia, los cambios en las
tecnologías mediáticas están relacionados con el cambio social. Si la lógica de
los viejos medios se correspondía con la de la sociedad industrial de masas, la
lógica de los nuevos medios encaja con la lógica de la sociedad posindustrial,
que valora la individualidad por encima del conformismo. En la sociedad
industrial de masas, se suponía que todo el mundo debía disfrutar de los mismos
bienes: así como compartir también las mismas creencias. Y ésa era también la
lógica de la tecnología de los medios. Los objetos mediáticos se ensamblaban en
fábricas mediáticas, como un estudio de Hollywood. A partir de un original se
producían millones de copias idénticas, que eran distribuida a todos los
cuidadanos. Los medios de teledifusión, el cine y la imprenta segnían todos esa
misma lógica. En una sociedad postindustrial, cada cuidadano se puede construir
un estilo de vida a medida, y seleccionar su ideología entre un gran (aunque no
infinito) número de opciones.
…Cada lector de hipertexto
obtiene su propia versión del texto completo, seleccionando una determinada
ruta a través de éste. De la misma manera, cada usuario de una instalación
interactiva recibe su propia versión de la obra. Y así sucesivamente. De este
modo, la tecnología de los nuevos medios actúa como las más perfecta
realización de la utopía de una sociedad ideal compuesta por individuos
únicos.”
En lugar de las constantes, hay variables en todos los
ámbitos de la vida, y los individuos hay que hacer frente a nuevas
responsibilidades, como consecuencia de que la libertad es mayor. Y hay veces
que esto causa ansiedad y ansiedad moral, problemas nuevos en nuestra sociedad.
„Se trata de un nuevo
tipo de identificación, que resulta adecuado para la era de la información, con
su trabajo cognitivo. Las tecnologías culturales de una sociedad industrial-el
cine y la moda-nos pedían que nos identificáramos con la imagen corporal de
otra persona. Los medios interactivos nos piden que nos identifiquemos con la
estructura mental de otra persona. Si el espectador cinematográfico, hombre o
mujer, codiciaba y trataba de emular el cuerpo de la estrella de cine, al
usuario de ordenador se le pide que siga la trayectoria mental del diseñador de
los nuevos medios.”
Estoy muy de acuerdo con estos últimos conceptos, y me
parece muy curioso que tengamos la posibilidad de seguir la trayectoria mental
de otra persona. Tal vez esto lleve a cabo un entendimiento mejor entre las
personas, en la sociedad o en la raza humana. Tal vez la verdadera forma de
entender a los demás mejor sea entenderlos como individuos.